viernes, 18 de mayo de 2018

No es por la compra de una casa


               
La maquinaria goebbelsiana de manipulación mediática sea vuelto a poner en marcha contra asuntos de absoluta trivialidad política, con la meta final de desviar nuestra atención de los problemas que realmente nos interesan como sociedad. Ahora le toca el turno a la casa que se han comprado Pablo Iglesias e Irene Montero, como si este fuera un grave problema que socava el bienestar y la democracia en el país.
                Sesudos tertulianos y tertulianas se han liado la manta a la cabeza, como ya lo ha hecho en otras ocasiones cuando se trataba de desprestigiar a Podemos, en una carrera para ver quién dice la mayor sandez, eso cuando no dejan volar su imaginación hacia la insensatez de echar más leña al fuego contra la clase política, sobre todo cuando se trata de la que no es de su gusto,  quizá con el objetivo, no confesado, de lavar las verdaderas corrupciones que atenazan a medio país, infectándolo todo, incluidos los grandes medios de comunicación.
                La enviada es un virus que contamina las conciencias de la gran mayoría de habitantes de este país. No podemos soportar que la gente pueda aspirar a una vida mejor en el ámbito individual, y mucho menos cuando, encima, defienden el bienestar colectivo. Parece que muchos, incluidos demasiados puritanos de izquierda, están empeñados que los políticos de la izquierda, bueno, según qué izquierda, tengan que vivir en la miseria. Esto sería motivo de un amplio estudio para analizar por qué la izquierda que viene de estratos sociales medio altos o altos, no se le exige la misma exigencia de pobreza, que a la izquierda de estratos sociales medio bajos o bajos. ¿Estamos a asistiendo a una regresión de la sociedad e clases hacia la estamental?
                Como la derecha icónica acaparadora de la riqueza y la izquierda puritana y, como todos los puritanismos, vengativa, no pueden acusarles de haber robado para comprar su lujosa casa (aquí quiero hacer una alto, a ver si nos pensamos que una casa de 600.000 € en Madrid es el palacio de Buckingham), han sacado el dedo acusador sobre cuestiones que tienen que ver con la moral o la ética, como si a ellos esto les importara algo.
                Se apela a la ética de la izquierda y a la coherencia del discurso, como si tuviéramos que estar amarrados a nuestro pasado, igual que si fuese una condena, de la que no nos podemos librar. Podríamos tirar de hemeroteca o recuerdos personales, y ver que todos hemos dicho o hecho cosas que luego con el tiempo se han ido matizando, cuando no tratando de olvidar. Sin ir más lejos, el Felipe González del NO a la OTAN,  acabó siendo un entusiasta de la organización atlántica; o Mariano Rajoy que se ha pasado su vida política diciendo y haciendo lo contrario de lo que dice; por no hablar de los digo diegos de Albert Rivera y los No es Sí de Pedro Sánchez.  No hay espacio para contar todas las contradicciones existentes entre nuestro pasado y nuestro presente, porque, en el fondo, todos somos humanos y la vida es muy larga.
                Lo peor es ese discurso protofascista y ultraliberal, que circula por la redes que trata de reducir a los político a la condición de escoria, sin ningún derecho, por supuesto sin salario ¿para qué? Pues para que la política vuelva a ser un asunto de ricos, que los pobres con ganarnos el pan, ya tenemos suficiente. Ese es el verdadero problema que subyace detrás de esta estéril polémica, no que dos dirigentes políticos se hayan comprado una casa, que van a pagar con su sueldo. Y, por su puesto, querer comparar la compra de una casa, que se va a pagar con hipoteca, con la de un ático de lujo, pagado en efectivo, no se sabe muy bien por quién, es torcer el cuello al sentido común, para arañar votos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La peligrosa huída hacia adelante de Israel y EEUU

  Netanyahu, EEUU y algún que otro país occidental demasiado implicado en su apoyo a Israel, haga lo que haga, sólo tienen una salida al con...