lunes, 12 de junio de 2017

Ambú presupuestario


Publicado en Levante de Castellón

Están contentos en el gobierno por haber conseguido aprobar los presupuestos para este año, nada menos que en julio, es decir, un año después de ganar las elecciones. Están muy contentos, porque echan cuentas y, en el peor de los casos, ya no tendrán que negociar con otros para llegar a las próximas elecciones sin tener que adelantarlas. La poca calidad de los políticos que se sientan en la mesa del consejo de ministros, y la de muchos que orbitan a su alrededor, les hace conformarse con poder aprobar, en toda la legislatura, una ley importante, que, eso sí, les garantiza aguantar en el poder, que es, en definitiva, la única razón de ser que tienen el Partido Popular: gobernar, para seguir disfrutando de los beneficios que otorga el mando. Políticos de segunda fila, que no ven más allá de su horizonte personal en el ejercicio de la gobernabilidad. 
                Se aprueban unos presupuestos que sólo tienen como beneficiarios, además del propio Partido Popular, a los nacionalistas que les han dado su apoyo. El resto de la población va a seguir sufriendo las políticas de transferencia de riqueza, que el gobierno de Mariano Rajoy  está posibilitando desde la clase media y trabajadora, a la clase alta y enriquecida. Para ser más claro, seguirán los recortes en educación y sanidad pública, igualdad, violencia machista, infraestructuras, etc., etc., etc. Para todos menos para vascos y canarios. Aunque, me van a perdonar mi poca confianza en la palabra de Rajoy y dude que se lleguen a aplicar esos acuerdos. Ya saben, tú firma que yo luego haré lo que me dé la gana.
                Sin embargo, a pesar de que nos está  haciendo creer que toda la tarea del gobierno se reduce a aprobar los presupuestos generales del Estado y poco más. La política de un país es mucho más poliédrica y afecta a más ámbitos que el meramente económico, por muy importante que sea este. La nula política cultural; la cada vez más preocupante pérdida de libertades; la política de seguridad ciudadana, que se parece más a un vigilante jurado de los intereses del gobierno y la derecha; la nefasta de política de empleo, que están convirtiendo a la clase trabajadora en los  nuevos siervos del siglo XXI; la perdida de presencia de España en el mundo, por desarrollar una política de asuntos exteriores sometida a las grandes potencias. Podíamos seguir enumerando problemas que el gobierno no tiene intención de atajar, y mucho menos de negociar con la oposición. Por no hace referencia al espectáculo bochornoso de la corrupción que le asfixia cada día más (chismes para Rajoy) y su lamentable espectáculo de control de la justicia para impedir que sea esta, por incapacidad de la oposición, la que al final acabe por tener que inhabilitar a todo un Partido, por corrupto y financiación ilegal.

                Pero Mariano Rajoy, su gobierno y su Partido, saben que aprobados los presupuestos, ya nadie les va a desalojar del poder, y a la oposición se la va a pasar por el arco del triunfo. Porque ahora mismo, y a medio plazo, está tan dividida que les anula para forzar unas nuevas elecciones y mucho menos para conformar una alternativa de gobierno. Así que, es cierto que los presupuestos les van a dar aliento hasta el final de la legislatura. Ahora solo tiene que ponerse el traje de tenista y devolver todas las pelotas que les lleguen desde el Parlamento o la sociedad. 

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