Foto: Autor desconocido
Publicado en Levante de Castellón el 28 de octubre de 2016
Al final se ha
consumado lo que la derecha quería: que Rajoy, por activa o por pasiva, fuese
presidente del gobierno. Han sido meses de presiones, engaños y falsas
acusaciones, para desmontar cualquier iniciativa que pretendiera formar un
gobierno de cambio, desde todos los ámbitos del poder que en España se han
establecido desde la Transición. Nunca una campaña ha sido tan sucia y tan
vergonzosa como la que hemos sufrido los españolitos de a pie, incluidos los
catalanes, para que nos olvidemos de los últimos años de recortes,
desmantelamiento del estado de bienestar, desigualdad y crecimiento de la pobreza.
Y es tanta la soberbia, que incluso la vicepresidente del gobierno, sabedora
ya, desde el golpe de mano en el PSOE, que Rajoy volvería a ser investido
Presidente, con la posibilidad de unas terceras elecciones alejada, se ha permitido el lujo de amenazarnos con
duros recortes para el año que viene.
El
mensaje que se nos ha trasmitido durante meses es que había que formar
gobierno, muy inteligentemente hurtando el debate de si valía cualquier
gobierno, porque la derecha no le interesaba entrar en él. GOBIERNO con
mayúsculas, elevado a una categoría
superior, donde no importa quién sea el que lo ocupa. Así, desnaturalizando la
sustancia de para qué sirve un gobierno, la derecha, que sabe cómo nadie
disfrazar su ideología con cantos de
sirena, tendría más fácil quedarse en él.
Y
yo digo, ¿si era tan urgente formar gobierno, por qué el PP y su entorno mediático
y financiero no apoyaron la candidatura de Pedro Sánchez, y nos habríamos
evitado las segundas elecciones y el “drama nacional” de unas terceras? No es
eso lo que se ha pretendido desde el principio, sino que fuese Marino Rajoy el
que volviese ser presidente, incluso llevando al país a unas terceras o unas cuartas elecciones, si fuese preciso.
¿Qué
es lo que tienen que ocultar o proteger para que no hayan escatimado recursos
para que la derecha vuelva a formar gobierno? ¿Por qué los dirigentes del PSO,
afines al golpe de mano, han entrado en ese juego, incluso en contra de sus
bases? Se me ocurre, que si no hay intereses económicos en juego, el poder es
muy goloso, hasta el punto de desfigurar el rostro de un partido centenario
como el socialista.
Lo
que me lleva a plantear otra pregunta ¿Quién teme unas terceras elecciones?
Parece que todo el establishment nacional, porque nadie tiene claro que podría
pasar, con los juicios por corrupción que afectan directamente al PP abiertos,
y el PSOE en plena guerra civil. Mientras, PODEMOS y CIUDADANOS no dejan de ser
una incertidumbre, pero todos temen que
estos Partidos pudieran subir, consolidando así el fin del bipartidismo. Por lo
que en la lógica de los poderes que se aferran al estatus político de la
Transición, es mejor consolidar lo que existe, sin correr nuevos riesgos.
Además, un gobierno de Mariano Rajoy daría tiempo a la vieja guardia del PSOE,
que es más de lo mismo, la que ha llevado al Partido a la situación
actual, a consolidarse y llegar en
cuadriga a la próximo Congreso
Nada
me hace pensar que va a suceder lo que nos están diciendo: que el gobierno de
Marino Rajoy va a estar secuestrado por el Congreso. Eso es una mentira más de
las muchas que escuchamos sin parar. El gobierno tiene mecanismos para gobernar
y si se encuentra muy atado, convocará elecciones. Volvemos a dar tiempo, para
que PP y PSOE cuelen toda la porquería que se está cociendo en su seno, y
después, volver a las urnas. En definitiva, están hurtando a los ciudadanos ser
actores principales de esta deficiente democracia que tenemos, para que el
bipartidismo tenga tiempo de recomponerse.
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