viernes, 30 de noviembre de 2012

La noche en que Frankenstein leyó El Quijote



En la primavera de 1815, el volcán Tambora, situado en la isla de Java, despertó y su erupción provocó una de las mayores catástrofes naturales del milenio, lanzando a la atmósfera millones de toneladas de ceniza que ensombrecieron la tierra y provocaron una bajada importante de la temperatura media en el planeta. 1816 fue en Europa “el año sin verano”, tal como lo calificó la prensa de la época, con grandes lluvias y frío impropio para la estación; sirva como ejemplo que en Madrid la temperatura media de los meses de Julio y Agosto no sobrepasó los 15º C.

Pero nada de esto sabían los amigos de Lord Byron: Mary Shelley, su esposo Percy Shelley,  y John W. Polidori, entre otros, cuando estaban pasando unos días de principios de verano de 1816 en la Villa Diodati, junto al lago Ginebra, y unas fuertes tormentas les impidieron salir al aire libre, por lo que pudieron dedicar mucho tiempo a hablar, jugar y crear literatura.  Una de esas noches, al calor de la chimenea, Lord Byron propuso un juego que consistía en escribir un relato de terror, una vez que cada uno se retirara a sus habitaciones. Nadie podía saber esa noche que estaban sujetos a la Teoría del Caos, y que la explosión de un volcán, sucedida en la otra punta del mundo un año antes,  iba a tener como consecuencia el alumbramiento de dos de las más grandes obras de la literatura universal: “Frankenstein o el moderno Prometeo”, que Mary Shelley empezó a escribir como un juego en la soledad de su cuarto, y “El vampiro” de John W. Polidori, que fue la inspiración de tantas otras novelas del género de terror.

Este es el espíritu del libro de Santiago Posteguillo: “La noche en que Frankenstein leyó El Quijote”: contarnos algunos acontecimientos de la intraliteratura, de aquello que se cuece fuera de nuestro alcance como lectores. Acontecimientos y comportamientos, que sin saberlo han tenido un efecto de alas de mariposa, dando pie a grandes obras literarias. Pero Posteguillo, que ya ha demostrado su buen hacer como escritor, juega con ventaja al ser profesor de Literatura Inglesa en la Universidad Jaume I de Castellón, lo que le da un conocimiento de lo que hay detrás de las bambalinas de la Historia (con mayúsculas) de la Literatura, que al resto de los mortales se nos escapa, gracias al cual podemos deleitarnos de la serie de narraciones (de chismes literarios, podríamos calificarlos) que componen su nuevo libro, parece ser que artículos publicados en el diario Las Provincias, que podrían ser los chascarrillos de la literatura, el “Hola” que nos cuenta cotilleos de cómo era ese escritor o por qué se escribió determinada obra. Quizá habría que criticar un exceso por mantener la intriga sobre de qué escritor se está hablando, cuando enseguida se sabe de quién se trata. Nada más en el lado negativo de la balanza de este libro, imprescindible para curiosos y cotillas de la literatura que, sin embargo, lejos de aparecer como una serie de relatos inconexos, tienen una estructura bien armada en torno a la Teoría del Caos, que empieza en Alejandría, en el siglo III a.  n. e., con la invención del abecedario que tuvo que ingeniarse el gramático griego Zenodoto, que ha permitido que hoy se puedan guardar con orden los libros en bibliotecas y las tabletas e-book.

A cerca del sugerente título de la obra: “La noche en que Frankenstein leyó El Quijote”, mejor que lo descubran ustedes mismos con su lectura.

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