jueves, 18 de octubre de 2012

El abuelo que saltó por la ventana y se largó


A nadie se le puede ocurrir que las aventuras de un centenario puedan ser tan divertidas. A nadie menos a Jonas Jonasson, escritor sueco que con su primera novela nos libera del estereotipo de literatura policíaca e intriga en el que han caído los países nórdicos en los últimos tiempos, para contarnos, mejor dicho escribir, una novela delirante que se mofa de la sobredosis de novela negra que inunda las librerías, al igual que lo hizo Cervantes al escribir El Quijote, riéndose del los libros de caballerías, tan en boga en su época.
                “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, es ciertamente eso, una sátira del género negro que sitúa en el centro del relato a un centenario, Allan Karlsson, que se escapa de la residencia donde vive minutos antes de empezar la celebración de su fiesta de cumplesiglo, para vivir una aventura con un grupo de amigos que van surgiendo por el camino no menos desequilibrados que él, con muertos, persecuciones e investigación policial, que nos arranca más de una sonrisa a lo largo del relato. Mucho en estos tiempos de sombras y dificultades.
                Pero hay más: una historia paralela de la vida y milagros de Allan Karlsson, que esconde la trivialización de los grandes personajes del siglo XX: Stalin, Truman, Churchill, Mao, Franco, De Gaulle, entre otros,  que se van cruzando con el idiota político, por vocación, que es Karlsson, que además se encuentra en el centro de  algunos grandes acontecimientos de la segunda mitad del siglo pasado, descubriéndonos una versión histriónica de los hechos, pero no por ello menos posible.
                Jonasson escribe pues un relato terapéutico, fundamentado en la trivialización, cuando no la ridiculización, de personalidades y acontecimientos del siglo XX, utilizando un personaje fascinante, que podríamos calificar del “tonto-listo”, que acaba riéndose, también, de esas nuevas novelas de caballería del siglo XXI que son las novelas negras o de intriga policíaca, como usted prefiera.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Revista Azharanía nº 2. Pura poesía.

De José Manuel González de la Cuesta

El nº 2 de la revista de poesía Azharanía acaba de salir a la calle, con un buen número de poemas que recoge, fuera de las bambalinas de las granes tendencias editoriales, lo que se está escribiendo en la poesía actual de nuestro país. Esa es la gracia de esta revista, mostrarnos el trabajo de poetas y poetisas de lugares tan distantes como Vigo o Murcia, para darnos una idea de cómo se está viviendo en el mundo poético este tiempo de crisis que nos ha tocado sufrir. La apuesta por la palabra como un grito ante el mal, como el mismo Colectivo El almadar, ámbito de poetas donde se cuece esta revista, nos hace llegar en la contraportada, es la metáfora de una lucha por sobrevivir haciendo de la poesía un espacio de libertad que permita gritar sin tapujos, con la fuerza que le da al poeta ser un alquimista de sentimientos, palabras y belleza. La revista tiene una edición muy cuidada y original, trabajada por Urania Ediciones, y sólo cabe expresar el deseo de poder disfrutar de muchos números más, para recuperar el valor que los poetas han transferido a la Humanidad desde sus orígenes.

Se puede conseguir en las librerías Argot y Babel en Castellón, y en la librería Primado de Valencia,   o pidiéndola a Urania Ediciones en la dirección: http://www.uraniaediciones.com/catalogo.php#

La vivienda, un derecho olvidado

  Ruido. Demasiado ruido en la política española, que sólo sirve para salvar el culo de algunos dirigentes políticos, que prometieron la lun...